SÍNTOMAS QUE INDICAN LA NECESIDAD DE UN CAMBIO EN LA ORGANIZACIÓN DE TU EMPRESA

En el mundo de la empresa se producen continuamente señales que nos indican la necesidad de realizar cambios en nuestra organización. Estas pueden tener su origen tanto en elementos externos como internos.

¿Necesitamos un cambio?, es la pregunta que muchos empresarios y profesionales nos hacemos cada día al enfrentarnos con nuestra jornada de trabajo y observar que, o cambiamos o morimos por inanición del mercado.

Pero, ¿qué es lo que hace que todos los días nos hagamos la misma pregunta?. Creo que aquí no cabe discusión alguna, la falta de decisión. Podremos poner múltiples excusas pero, en definitiva, todo ello lleva al mismo punto. Nuestra capacidad de decisión es directamente proporcional al miedo de enfrentarnos a lo desconocido. Este desconocimiento puede venir derivado de nuestra falta de capacidad, de actitud y de conocimientos ante circunstancias a las que nunca nos hemos enfrentado.

En principio, a todos nos parece que iniciar un proceso de cambio en nuestra organización puede ser algo muy complicado. De ahí el comentario que muchas veces escuchamos de algunos empresarios que dicen que “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Todo proceso de cambio supone salir de nuestro entorno o zona de comodidad, donde nos sentimos como pez en el agua, y, salir de ahí, implica miedo, confusión e impaciencia. Podemos decir que son muchos los beneficios que nos vamos a encontrar cuando tomamos la decisión de un cambio en nuestra empresa. La base para un cambio eficiente la tienen los gestores o líderes de nuestras organizaciones. Si partimos de la base de que nuestra empresa está gestionada o liderada de forma eficiente es normal que el líder o directivo identifique claramente los síntomas que nos indiquen que es el momento adecuado para realizar el cambio.

Uno de los primeros síntomas puede venir de factores externos a nuestra empresa. La coyuntura económica, social o tecnológica puede motivar  la necesidad de introducir cambios en los procesos operativos de nuestra empresa, todo ello por el nivel de influencia de éstos en el mercado objetivo donde ejercemos nuestra actividad, incidiendo en el marco de los recursos humanos, o, más concretamente, en el modelo de venta que estemos realizando. Un ejemplo de ello pueden ser las campañas de marketing de primeras marcas internacionales ante la necesidad de mantener al cliente frente a  la huida masiva a productos  low cost.

Un segundo síntoma puede venir dada por una crisis interna. Problemas de carácter operacional, estratégicos o, más concretamente, de nuestra cuenta de resultados o incluso de liquidez pueden motivarnos a realizar un cambio con la seguridad de encontrar un  futuro más esperanzador. Pero, ¡cuidado!.  Muchas veces la urgencia, motivada por las presiones internas y externas del mercado de obtener una cuenta de resultados positiva, puede llevarnos a tomar decisiones irresponsables que no se basan en un adecuado análisis de los diferentes departamentos de nuestra empresa. Y, como se suele decir, al final “es peor el remedio que la enfermedad”.

Un tercer síntoma parte de la necesidad de plantearse un cambio en la ideología y cultura organizacional en la búsqueda de una mayor eficiencia, propiciando un ambiente de trabajo más colaborativo,  en la búsqueda de un objetivo común haciendo partícipe de los logros a todo el equipo de trabajo de la empresa haciendo que se sientan útiles y miembros activos de este cambio.

En nuestro próximo post explicaremos cómo desarrollar un plan de acción que nos lleve a superar la crisis o cambio organizacional con éxito asegurado.

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