Cuando observamos un majestuoso árbol y admiramos su fortaleza nunca podemos ver la fuerza que lo mantiene en pie, y lo que le ha dado vida a lo largo de todos estos cientos de años, sus raíces. De igual forma si observamos las etapas de crecimiento de un niño, podemos ver la etapa de los dos años, como una de las más importantes en su crecimiento, comienza su independencia empieza a descubrir el mundo. En la empresa no ocurre esto. Mientras que un árbol basa su crecimiento en una semilla, y el bebé podemos decir en un tono un poco jocoso también parte de una semilla (espermatozoide), en la empresa su gestación es mucho más profunda. La creación de una empresa empieza con algo inmaterial o intangible, podemos llamarlo sueños, ilusiones, retos, etc., todo esto no es nada físico, en nuestra metáfora podíamos comprar esa intangibilidad con la esencia madre de la propia naturaleza, el sedimento de la tierra. De ahí que la importancia de los conceptos de misión, visión y valores serán la partida fundamental de crear una empresa con una solidad base, podemos denominarlos como los pilares de toda organización empresarial.
¿Qué ocurre cuando una empresa no tiene claramente definida su visión, misión, y valores?, pues que tendríamos un negocio sin alma ni espíritu, no sabríamos donde ir, que camino coger y por supuesto quien nos debería de acompañar. Una empresa sin alma se limita a utilizar sus recursos para subsistir y solo avanzar en el mejor de los casos de manera oportunista cuando se den las circunstancias.
En el desarrollo de nuestro trabajo como evaluadores y consultores, hemos observado un error de gran importancia que dificulta a las empresas desarrollar una estrategia adecuada para conseguir sus metas o resultados deseados. Las Empresas trabajan duro para conseguir sus objetivos y llegar a la idea de futuro que les gustaría alcanzar, pero se pierden por el camino, ¿Por qué?, por qué no definen adecuadamente su misión, visión y valores. Esto que parece muy fácil no lo es en la práctica, ya que no dedicamos tiempo a definir y a compartir con los miembros de la organización lo que somos y lo que queremos llegar a ser.
Si la Misión no es definida correctamente por la dirección, y no es explicada y compartida con los miembros de ésta, fácilmente nos perderemos por el camino dispersando esfuerzo, tiempo y recursos, no alcanzando los resultados deseados y la visión que hemos proyectado de futuro.
Nuestra recomendación es la realización de un proceso reflexivo y en equipo donde se cuestione la razón principal de ser de la entidad aquí estudiada. Las circunstancias del mercado, las exigencias de nuestros clientes hacen que la mayoría de las veces tenemos ocupado el 100% de nuestro tiempo en hacer tareas sin parar y no hacemos “un alto en el camino” para analizar cuestiones tan determinantes como saber ¿cuál es la razón de ser?, para que existe nuestra organización, perdiéndonos en el día a día. Deberíamos reflexionar ante preguntas como:
- ¿Quiénes somos?
- ¿Qué buscamos?
- ¿Por qué lo hacemos
- ¿Para quienes trabajamos?
Nuestra recomendación es una dinámica compartida por los órganos de dirección de la empresa, en un ambiente distendido y supervisado.
El termino MISIÓN de una forma clara y contundente es la razón de ser de la empresa, su esencia misma, hay que hacer referencia a conceptos más profundos: La historia de la organización (Si la tiene), la idea de negocio que tienen sus dueños o administradores, con qué recursos cuenta y muy importante que les diferencia y les hace especiales para los clientes.
Elaborar una misión adecuada a la realidad nos va a ayudar a gestionar la estrategia correcta para nuestra empresa. En todo momento, debemos de tener en cuenta que en el caso que nos ocupa, es muy importante a la hora de desarrollar un modelo de negocio que nos haga no ser dependientes de nuestros clientes, sino los clientes de nosotros Cuando describimos en pocas líneas la situación futura que desea alcanzar la organización, lo que estamos desarrollando es la VISION; tiene que ser una situación realmente objetiva, alcanzable y medible con el paso del tiempo y hay que luchar por conseguirla.
Preguntas que nos pueden ayudar a la reflexión:
- ¿Cómo seremos en el futuro?
- ¿Cómo deberíamos llegar a ser?
- ¿Cómo queremos que sea nuestra organización en los próximos años?
- ¿Qué haremos en el futuro?
Por último, lo que consideramos la savia del negocio o empresa, la sangre que corre por la venas en nuestra organización, los VALORES.
Los valores son los pilares más importantes de cualquier organización. Con ellos se define a sí misma, porque los valores de una organización, son los valores de sus miembros, y especialmente los de sus dirigentes. Los valores hacen que nuestros clientes crean fielmente en nosotros. Valores como la seguridad, templanza, responsabilidad, solidaridad, dan garantía de excelente funcionamiento y son generadores de confianza y virtud de un fuerte liderazgo, tanto a nivel de dirección como de staff. Los valores corporativos son el reflejo de la idiosincrasia de la empresa, los términos que montan las bases del día a día en el trabajo.
En resumen:
Resulta muy beneficioso para toda organización tomarse su tiempo para definir bien estos tres elementos, ellos van a reflejar: quien somos, donde vamos y con qué cultura empresarial vamos a afrontar ese camino.
Lo que está claro es que si no nos hacemos estas preguntas seguramente estaremos a merced de las circunstancias, no obtendremos resultados de la forma más eficiente, es importante proyectar una idea de futuro, planificarla, establecer un modelo de negocio y aplicar las estrategias necesarias.
Muchas veces nos hemos enfrentado a propietarios de empresas que su comentario generalista es “…no puedo hacer perder el tiempo a mi personal por esta filosofía de empresa…”, cuando posteriormente les demostramos que esta filosofía de empresa, le hace recuperar un retorno de la producción en un 45% más, es cuando reflexionan y piensan en el hoy para un futuro competitivo.